Somos seres Humanos y, de momento, no podemos evitarlo. Desde que percibimos nuestra propia existencia, el miedo a dejar de Ser y la incertidumbre de lo que somos, nos acompaña y condiciona a diario. Es una necesidad exclusiva de los seres humanos. No les pasa a otros reinos como el animal o vegetal.

Durante un largo periodo de nuestra evolución, vamos resolviendo esa necesidad viviendo como “Vampiros existenciales” a base de estimulo externo. Necesitamos ser queridos, aceptados por los demás. Reconocidos por lo que tenemos, por lo que parecemos o por el poder que tenemos. Pasamos la vida rellenando y reparando nuestra autoestima. Haciendo funambulismo para no caer en nosotros mismos. En cuanto estos estímulos fallan, temblamos por dentro. Depresión, ansiedad, angustia, stress, prisa o insatisfacción son conceptos que están de moda. Si bien, deberíamos ser felices entre tanto “progreso”.