No pasa nada (malo 🙂 Siempre hay una primera vez.

En clase, cada uno pone su propio ritmo. Nos escucharás a menudo recomendar que busques tu propio ritmo, que no es otro que el equilibrio entre la firmeza y comodidad. Desde el momento en el que cierres los ojos la relación es contigo y con algunas directrices del profesor. El resto de compañeros desaparecen hasta que los abres otra vez. No hay un ritmo externo que seguir, sino un ritmo interno que escuchar y aprender disfrutando.